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10 pueblos amenazados por la ganadería industrial

En los últimos años, ha aumentado considerablemente el número de explotaciones dedicadas a la ganadería industrial. Las mal llamadas “macrogranjas”, porque no son granjas, sino macroexplotaciones o macropocilgas, están en auge, albergando cada vez un mayor número de animales y poniendo en peligro los ecosistemas donde se encuentran, así como alterando la vida de los municipios donde se hallan. Paralelamente al aumento de este tipo de explotaciones ganaderas, han aumentado los movimientos vecinales que se oponen a este tipo de producción porque sienten amenazados los municipios donde se levantan.

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3 Razones por las que la ganadería industrial es mala para la España Vaciada

Cada vez que alguien hace alguna declaración sobre el impacto negativo que tiene la ganadería industrial, hay quien pone el grito en el cielo y lo toma como un ataque a toda la ganadería. Sin embargo, no toda la ganadería es igual, y, sin duda, la industrial es la antítesis de la extensiva.

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Seminario Online “Diversificación productiva, base de la seguridad alimentaria”

Este jueves 14 de mayo a las 18 horas tendrá lugar el segundo seminario gratuito organizado en el marco de los Diálogos Agro Post-Covid-19, que están organizados por el AKIS Local Manubles y la Fundación para la Agricultura del Conocimiento en colaboración con UAGA-COAG, Cooperativas Agroalimentarias de Aragón, CITA-ARAGON, ESNEPI, Aragón Radio, Asociación de Periodistas Agroalimentarios de España, Mallata.com, CERAI, Justica Alimentaria y Comarca Km0.

Esta nueva sesión lleva por título “Diversificación productiva, base de la seguridad alimentaria”, estará moderado por el periodista Carlos Espatolero, conductor del programa De Puertas al Campo en Aragón Radio, y en él, expertos y asistentes debatirán sobre las tendencias que cabría esperar en los mercados y cómo se pueden atender las demandas garantizando la soberanía y seguridad alimentaria teniendo en cuenta el contexto actual en el que nos encontramos.

Miguel Gutiérrez, de la Red Arax, abrirá el encuentro debatiendo sobre si es la diversificación una opción o una necesidad para llegar a alianzas sólidas en los mercados locales.

A continuación, Cristina Mallor, investigadora en el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) explicará porque las leguminosas constituyen uno de los elementos fundamentales de cualquier opción de diversificación, en qué situación se encuentran, y cómo incentivar y avanzar en la producción de proteína para consumo humano.

Posteriormente, la investigadora de la Universidad de Zaragoza, María Videgain, introducirá en el debate la integración y potencial de la gestión y aprovechamiento forestal como vía para el mantenimiento del suelo, la preservación de ecosistemas y la diversificación agraria.

Y la veterinaria Lucía López Marco, autora del blog Mallata.com y coordinadora en Aragón de la ONG Justicia Alimentaria, hablará de cómo integrar la ganadería extensiva en la diversificación de las explotaciones como base para la soberanía alimentaria.

Todas las actividades organizadas en el marco de los Diálogos Agro Post-Covid-19 son gratuitas, sin inscripción previa, hasta completar aforo (máximo 250 participantes). Para acceder a los Diálogos y encuentros es necesario entrar en el siguiente enlace: https://global.gotomeeting.com/join/990383277

¡No te lo puedes perder!

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¿Por dónde pasa la carne que comemos?

Artículo publicado originalmente el 27 de abril en Eldiario.es Aragón

En estos días de pandemias y encierros, en los que se habla mucho de paseos, de habría que haber hecho tal y cómo pueden estar haciendo cual, de teorías conspiranoicas y memes; me llama mucho la atención que no se esté hablando nada de la carne que comemos.

Es llamativo, sobre todo porque, al margen de teorías conspiranoicas de que nadie sabe de cómo se infectó de COVID-19 el primer humano que albergó el virus, lo que sí se sabe es que es un virus de origen animal.

Son muchas las enfermedades zoonóticas (nombre que reciben las enfermedades que han pasado de otras especies animales a la humana) que están causando estragos a nivel mundial: el SIDA, la tuberculosis, el zika, la fiebre amarilla, entre muchas otras. ¡Y, sin embargo, sabemos tan poco de la carne que comemos!

Realmente, cuando los consumidores compran la carne en el supermercado, no saben por cuántos lugares (¡incluso países!) ha pasado un lomo de cerdo desde que se concibió al animal (aún son menos los que siquiera se preguntan de dónde procedía el esperma que fecundó a aquella cerda porque, no, no fue monta natural), hasta que nos encontramos el filete en bandeja en un supermercado. De hecho, en la publicidad nos dicen que la carne de cerdo es blanca, cuando en realidad es roja, y nos lo creemos sin cuestionarlo, sin embargo, se cuestiona continuamente todo tipo de noticias que salen en los medios, empezando por cómo llegó el COVID19 del murciélago al humano.

No sabemos dónde, pero tampoco cómo se cría, ni cómo ni donde se sacrifica.

Esta crisis, sin embargo, sí que ha hecho saltar un par de noticias en la prensa (local). Por un lado, se ha hablado (aunque muy poco) de la situación por la que están pasando muchas ganaderías familiares, esas de las que sabemos dónde nace el cordero y podemos seguir fácilmente su trazabilidad hasta el matadero porque, a menudo, todo sucede en la misma granja y el sacrificio se lleva a cabo en un matadero cercano (siempre y cuando se haya conseguido mantener abierto el matadero comarca, tarea de titanes desde que llegó la crisis de 2008 y alguien consideró que los mataderos no eran tan esenciales). El problema es que las grandes superficies (donde compra la mayoría de la población) buscan grandes proveedores, así que esas familias, que todos los veranos suben sus animales a puerto manteniendo unos paisajes que han sido declarados Parques Nacionales y Parques Naturales, y que durante todo el año son quienes limpian nuestros montes y son los que verdaderamente previenen de incendios, difícilmente pueden suministrar sus productos a esas superficies, que además no están dispuestas a pagar el precio justo que esas familias merecen. Así que si ya en una situación normal lo tienen difícil, imaginaros ahora, con la hostelería cerrada y un alto porcentaje de población a la que no se le ocurre comprar cordero o cabrito para comer -¡cómo si fuera tan difícil cocinar unas costillas!-. No hablemos ya de comer buey o ternera criada en extensivo…

El caso es que el precio de la carne de ternera se marca para toda España en Binéfar. ¿Casualidad? En absoluto, Binéfar es el epicentro de la ganadería industrial en España y la gran mayoría de la ternera que acaba en nuestros platos, procede de cebaderos intensivos de la Franja o del Valle del Ebro. También concentra un gran número de explotaciones de porcino industrial (Huesca y Lleida se llevan la palma de macroexplotaciones de porcino), así que no es de extrañar que Binéfar, con sus alrededor de 9500 habitantes cuente con dos macromataderos, el segundo de ellos, LiteraMeat, abierto hace menos de un año y perteneciente al Grupo Pini, cuyo propietario el año pasado fue arrestado por la policía húngara acusado de fraude fiscal y, además tuvo que pagar 25 millones de euros en Polonia para evitar la cárcel.

Según señala LiteraMeat en su página web, este macromatadero sacrifica 160.000 animales a la semana. También anuncian que han creado 1600 puestos de empleo aunque, según ha señalado un delegado sindical de la planta a Eldiario.es Aragón, esta empresa “se ha puesto como ejemplo contra la despoblación, cuando el 80% de los contratos son eventuales de gente que se desplaza a diario”.

Resulta que Binéfar, el epicentro cárnico español, es hoy noticia por ser uno de los principales focos de COVID-19 en la provincia de Huesca, lo que ha llevado al presidente de Aragón, Javier Lambán, a declarar que “los dos mataderos de Binéfar centran la atención prioritaria del Departamento de Sanidad y se van a tomar todas las medidas a nuestro alcance para aislar a los contagios. Se procurará mantener la actividad sin ningún tipo de riesgo”. Atención al verbo, Lambán dice que se procurará, no que se pueda garantizar…

Roberto Núñez, delegado sindical en LiteraMeat, ha asegurado a Eldiario.es Aragón que “el 17 de marzo me presenté a trabajar y ya había rumores de que un compañero se había contagiado” y también ha compartido con este diario que “ya antes de la crisis no se cumplían las medidas de seguridad e higiene”…

Y, mientras tanto, hay gente produciendo carne sana, segura y que cuida el medio ambiente, que cada día se ve más cerca de tener que cerrar las puertas de su granja por no poder vender sus productos; mientras la gran mayoría de la población consume a diario carne de dudosa procedencia y que lleva toda la cuarentena sin cumplirse las medidas de seguridad e higiene que exige la situación actual en el que hoy es uno de los principales focos de contagio en Aragón del virus de origen zoonótico COVID-19. ¿Nos preguntaremos ahora de dónde viene y por dónde pasa la carne que comemos?

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Hablando de ganadería en el programa Punto de Fuga, de la Cadena SER

El pasado sábado Xuan Valladares, del Foro Asturias Sostenible, Celsa Peiteado de WWF y una servidora, estuvimos en el programa Punto de Fuga, de la Cadena SER, hablando del impacto de la ganadería. Destacamos que existen dos tipos de ganadería, la extensiva, con un efecto muy positivo en la biodiversidad, y la intensiva, con un impacto muy negativo en el medio ambiente.

En España tenemos un autoabastecimiento de porcino del 174%, es decir que producimos un 74% más de lo que podemos llegar a consumir. Sin embargo, cada vez tenemos más macroexplotaciones ganaderas, sobre todo de porcino y exportamos el excedente al lejano oriente.

Las macrogranjas son un nuevo modelo de explotación que rompe con la tradición ganadera y que tienen que ver con una forma de producción de carne intensiva e industrial en la que los miles de animales que tienen están en un espacio cerrado y los recursos que se utilizan vienen del exterior, según explica Lucía López, veterinaria y divulgadora desde el blog Mallata.

Este modelo de explotación provoca importantes impactos en el medio ambiente y en la vida de los animales. De hecho, ha sido censurado este verano por Naciones Unidas cuando recomendaba reducir el consumo de carne por la forma en la que se produce hoy. “Debemos tener en cuenta que cuando aparece una explotación porcina muchas veces es porque ha desaparecido una ganadería extensiva”, lo cual ya impacta en el medio ambiente ya que la ganadería extensiva mejora la biodiversidad aprovechando los recursos de la zona, explica López. Pero, además, López denuncia que “se produce una gran cantidad de purines, desperdicios de los animales, que se vierten en el medio ambiente sin un control exhaustivo de cómo se reparten en la tierra”, lo que provoca desequilibrios en el nitrógeno de algunas zonas de tierras o en acuíferos como los de Huesca.

En cuanto al impacto para los animales, éstos viven en un espacio cerrado y sin luz donde no puede desarrollar sus comportamientos naturales, aunque López asegura que en Europa “se ha avanzado mucho en materia de bienestar animal y hay muchos controles”. Aunque reconoce que “la ley es bastante permisiva” y sobre todo hay muy poco control en cuanto a la contaminación por el vertido de purines.

Las pequeñas explotaciones desaparecen

La asociación de agricultores y ganaderos que trabaja en red, Asturias Sostenible, denuncia “una hipertrofia en las pequeñas explotaciones en Asturias” porque, según cuenta su vicepresidente, Xuan Valladares, los modelos con menos cabezas de ganado por granja son mucho más positivos. La destrucción de las pequeñas explotaciones contribuye al fenómeno de la España vaciada. Si bien en la región no hay macrogranjas dada la complicada orografía, las explotaciones familiares tienen número de ganado muy superiores a los que había hace años, lo que “impide un tejido social suficientemente amplio en la zona”.

Xuan cuenta en experiencia de otros compañeros ganaderos que “da miedo cuando uno tiene sus 50 o 60 vacas y de repente se plantea que va a venir alguien al lado a poner 2.000 o 4.000 vacas”. Se preguntan cómo se puede gestionar todo eso, “se rompen los esquemas de la escala natural porque la agricultura y la ganadería son las actividades que más deterioran el planeta”. Pero Xuan insiste en que se deben manejar bien, de tal forma que contribuyan a mejorar los ecosistemas.

El vicepresidente de Asturias Sostenible denuncia que el modelo de las macrogranjas “hunde al pequeño granjero” haciendo imposible la competencia y, aunque eso no se valore en los números, hace que se pierda el tejido social, la cultura de los pueblos, sus tradiciones agropecuarias y “un tipo de vida que es irrecuperable”. La alternativa para esos pequeños agricultores y ganaderos es unirse para ganar fuerza, asegura.

Las políticas públicas no protegen la ganadería extensiva

La forma de producción tradicional de los rebaños pastando en el campo “protege superficies como los pastos o las dehesas que contribuyen a captar gases de efecto invernadero. Así lo explica Celsa Peiteado, de WWF. Además, esta ganadería “no compite con superficies dedicadas a la alimentación, aprovechan restos de rastrojos, de poda” y protegen las dehesas fertilizando el suelo.

La ganadería extensiva en su máxima expresión la representa la trashumancia, en la que los rebaños se trasladan a las zonas más cálidas y con recursos manteniendo las vías pecuarias naturales que conectan el territorio.

En el lado opuesto se encuentran las producciones intensivas de carne y leche de las macroexplotaciones ganaderas que están dejando fuera del mercado a los ganaderos extensivos y no respetan a los animales ni al medio ambiente. Peiteado alerta de que “la producción de carne low cost nos está haciendo perder estos rebaños y la única fuente de empleo que hay en muchas zonas de montaña”. En la llamada España vaciada se están creando macrogranjas “con la excusa de crear empleo y fijar población cuando en realidad no es así”, asegura.

Peiteado explica que las políticas públicas no están favoreciendo la ganadería extensiva. Al contrario, se está debatiendo la Política Agraria Común (PAC), que en España supone más de 6.000 millones de euros al año, “y en realidad esta política está orientada a favorecer producciones intensivas”, por ejemplo, de alfalfa y maíz, para alimentar la ganadería intensiva de las macrogranjas. Mientras que la ganadería extensiva se pierde, y con ella los valores naturales, gastronómicos y culturales.

El programa se puede escuchar aquí.

(Fuente: Las ‘macrogranjas’ destruyen la biodiversidad y el tejido social.)

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Entrevista a Sonia Roig

A menudo, cuando hablamos de mujeres científicas o investigadoras, nos viene a la cabeza una mujer con gafas de laboratorio, bata y trabajando con probetas. Pero la ciencia es mucho más que lo que se cuece dentro de un laboratorio, y alberga también a numerosas mujeres que trabajan en el ámbito agro-forestal. Sonia Roig es una de ellas. Doctora Ingeniera de Montes y profesora de Selvicultura y Repoblaciones forestales en el Departamento de Sistemas y Recursos Naturales de la Universidad Politécnica de Madrid, ha sido profesora de Selvicultura y Pascicultura en la Universidad de Valladolid e investigadora en el Centro de Investigación Forestal del INIA. Su actividad investigadora se centra en el análisis de la dinámica, funcionamiento y producción de bienes y servicios de los sistemas silvopastorales, con especial hincapié en los productos forestales no maderables y en medios mediterráneos. Además, es la actual Presidenta de la Sociedad Española para el Estudio de los Pastos y Tesorera de la Plataforma por la Ganadería Extensiva y el Pastoralismo.

¿Cómo nació tu vocación agro-forestal? ¿Siempre quisiste estudiar ingeniería de montes?

Creo que mi caso es bastante común… No tengo una tradición familiar en este campo, pero cuando estudiaba secundaria (nuestro BUP) tenía claro que me gustaban las ciencias naturales pero también me gustaba el campo de las matemáticas, física y química, lo que me dirigía hacia las ingenierías. Me alegré mucho cuando supe que existía la Ingeniería de Montes que aunaba los dos campos…y me lancé a ello. Pese a algunos lógicos desencantos con el plan de estudios, siempre he estado muy contenta con la elección de mis estudios, mucho más con la especialización que he ido desarrollando en los últimos años de carrera universitaria y en el doctorado. Al hecho de trabajar en el medio rural y los ecosistemas forestales y naturales, la orientación de la ingeniería incorpora la idea de la gestión, de la eficiencia del uso de los recursos, la consecución de objetivos sociales y la búsqueda de soluciones a problemas de hoy, ¡apasionante!

¿Qué te llevó a realizar el doctorado y trabajar hoy en docencia e investigación?

La idea de trabajar en docencia (de cualquier ciclo) me había atraído mucho desde siempre. Además, desde tercer curso de la ingeniería de montes ya me acerqué al mundo de la investigación a través de mi trabajo fin de carrera, en este caso, sobre paleobotánica; me gustó mucho el ambiente del grupo de investigación, la forma de trabajo y el amplísimo campo de estudio que teníamos por delante. En los últimos años de carrera me encontré con las materias de Pascicultura y Selvicultura, en concreto, con el “universo” de los pastos y su gestión, y fue en esta línea donde decidí solicitar una beca de formación de profesorado universitario y desarrollar mi tesis doctoral. He trabajado en varios centros docentes y de investigación y estoy muy satisfecha con mi situación actual que combina la labor de formación de -espero!- buenos profesionales, a la vez que permite desarrollar algunos interesantes proyectos de investigación y aportar resultados que permitan avanzar en el conocimiento sobre los sistemas agroforestales y a mejorar la propia docencia. Como a tantos y tantos investigadores y docentes, nos falta, eso sí, tiempo y recursos para cumplir tantos objetivos que nos marcamos…

Habitualmente se identifica la ingeniería de montes como una carrera “de hombres”. ¿Sigue siendo así?

Hace años hicimos un pequeño análisis sobre este tema en la ingeniería de montes. Analizando el caso de la escuela MONTES-UPM (la única en España hasta mediados de los años 90) vimos que esta titulación ha evolucionado como otras ingenierías similares. En 1846 se inaugura la Escuela de Montes y no es hasta 1969 cuando se gradúan las primeras ingenieras de montes; desde entonces el porcentaje de mujeres ha subido hasta el 30% de egresados en los años 90, 40% a principios de los 2000. Actualmente el número de alumnas va descendiendo y en clase del Grado en Ingeniería Forestal tenemos un 20% de mujeres. Afortunadamente en otra de nuestras titulaciones, en el Grado en Ingeniería del Medio Natural, el porcentaje es mayor; en el global de la escuela estaremos en el 35% de alumnas. Esto me parece preocupante, como un pequeño retroceso ante las cifras anteriores… Espero que podamos revertir la situación. En cualquier caso, las profesionales de la ingeniería de montes y de la ingeniería forestal están presentes por toda España y en todos los campos del sector, en la docencia e investigación, en las administraciones públicas, en las empresas, etc… dando ejemplo de una buena formación y capacidad de trabajo y gestión del medio forestal.

Hay varios estudios a nivel europeo de la situación de las mujeres en el sector forestal; la FAO señala que el porcentaje de mujeres forestales en la cuenca mediterránea, sobre todo en España y Portugal es muy superior a la de otros países europeos, en todos los niveles (quizá porque aquí no nos planteamos dejar de trabajar ante la llegada de los hijos dada la situación económica?). Por último, en el campo de la investigación y siguiendo el ejemplo de otras asociaciones, hay que destacar el análisis de los informes que la Sociedad Española de Pastos y la Sociedad Española de Ciencias Forestales hicieron en 2018 sobre la situación de la mujer en estas sociedades científicas, con buenas perspectivas.

Cuando pensamos en ingenieros/as de montes, no solemos relacionarles con el pastoralismo, ¿cuál es la relación entre esta profesión y la ganadería extensiva?

En realidad la formación en pascicultura, pastoralismo y sistemas silvopastorales en los estudios de las ingenierías de montes y forestales ha sido tradicionalmente muy importante. La gestión de los terrenos forestales y montes y la obtención de bienes y servicios necesarios para la sociedad (servicios de abastecimiento, de funciones de regulación y socio-culturales) supone la gestión de muy diversas formaciones vegetales y ecosistemas. Estos sistemas incluyen formaciones arbóreas, arbustivas, herbáceas…con relaciones muy diversas y complejas entre sí y además, y en lo que nos interesa hoy, son el hábitat de poblaciones de animales silvestres y un interesante recurso para los animales domésticos; su gestión debe basarse en un conocimiento profundo de la dinámica y funcionamiento de los sistemas, de su estructura, de los factores condicionantes, etc. y el desarrollo de técnicas y herramientas adecuadas. Es decir, gran parte de los montes españoles no son sólo bosques o formaciones arboladas y la presencia del pastoreo de animales silvestres o domésticos (ganadería extensiva) está presente en más del 75% de los terrenos forestales, de ahí que estas materias de pascicultura o pastoralismo han estado presentes en todos los planes de estudio de la titulación en todas las escuelas españolas, e incluso, se ha desarrollado una potente línea de trabajo e investigación en estas materias en el sector forestal a través de distintos equipos de trabajo. El pastoralismo se ha asociado, además, a aspectos tradicionalmente “forestales” como su interés en la multiproducción de los montes, la prevención de incendios, la conservación de hábitats, etc. Sinceramente, creo que la ingeniería de montes proporciona una visión integral muy interesante de la gestión pastoral ya que es muy consciente de su complejidad, de la necesidad de trabajar con poblaciones animales, con muy distintas formaciones vegetales, a distintas escalas temporales y espaciales… Déjame presumir un poco más…algunos de los textos docentes y materiales didácticos de referencia sobre el tema se han desarrollado en escuelas forestales..creo que es para estar orgullosos.

Recuerdo que cuando estudiaba, en la asignatura de agronomía siempre hacían especial hincapié en que la dehesa, el sistema silvopastoral por excelencia de nuestra Península Ibérica, es el agroecosistema más sostenible del mundo. ¿Es verdad? ¿Por qué?

En las últimas décadas la dehesa se ha erigido como el mejor ejemplo de sistemas agrosilvopastorales ancestrales, máximo en diversidad y garantes de la sostenibilidad de los aprovechamientos y del sistema en sí. Creo que es un magnífico ejemplo, muy extenso, que ha logrado, además, explicar muy bien su origen, su funcionamiento y los productos y servicios que proporciona a la sociedad, a la vez que ha llamado la atención sobre la problemática actual y amenazas futuras. Pero nuestro país tiene un amplísimo catálogo de sistemas agrosilvopastorales de características similares: otros tipos de dehesas (ej. las dehesas boyales de montaña que están casi desaparecidas), los sistemas de valles cantábricos y pirenaicos, los soutos gallegos, mosaicos con matorrales y cultivos, etc… En general, estos sistemas agroforestales muestran las mismas características que valoramos en la dehesa tradicional de encina y alcornoque: orientación hacia la multifuncionalidad y multiproducción, su presencia en medios muy difíciles (suelos pobres y climas rigurosos que impiden la especialización de una única producción), la presencia de poblaciones humanas desde hace cientos de miles de años…Todo esto ha hecho que se hayan desarrollado técnicas de manejo y gestión de la vegetación y de gestión del pastoreo de ganado doméstico a lo largo de milenios que han permitido cubrir todas las necesidades de la población (alimentación, energía, materiales de construcción, agua,..) a partir de medios muy difíciles y diversos, muy poco productivos y de forma sostenible y eficiente. Se dice que la dehesa tiene una antigüedad reconocida de 1000 años, pero en realidad la dehesa y el resto de sistemas agrosilvopastorales y sus técnicas de gestión son mucho más antiguos, son herederos de las rutinas de pastoreo de las grandes manadas de herbívoros silvestres del Pleistoceno, y se han especializado a través de todo el Holoceno con una presencia humana constante en el territorio. Su persistencia hasta nuestros días con los niveles de complejidad y biodiversidad actuales (gracias a esa multitud de pequeñas perturbaciones -pastoreo, cultivo, cortas, quemas…- en un variado mosaico de formaciones vegetales y climas, suelos y relieve complejo) son la principal prueba y garantía de su sostenibilidad. Queda mucho trabajo, eso sí, para analizar cómo los actuales cambios en clima y en gestión (uso del suelo, demandas de la sociedad, etc.) están cambiando las reglas del juego y pueden condicionar el futuro de estos sistemas.

¿Por qué es tan importante la ganadería extensiva para conservar la biodiversidad?

Sonia Roig (izda.) junto a representantes de ganaderas en red (centro) y Olivia Barrantes (dcha. Universidad de Zaragoza, SEEP) durante la 57ª Reunión Científica de la SEP y III Congreso Nacional de Vías Pecuarias y Trashumancia, celebrado en Teruel en 2018.

Me gusta mucho la explicación que da Carlos Ferrer (El primate agricultor, Ferrer, 2016) del origen de la ganadería extensiva y del papel que ha tenido esta actividad en el desarrollo de las poblaciones y culturas humanas. La ganadería extensiva se desarrolla por nuestros antepasados a partir del conocimiento de la etología de los animales silvestres, como forma de almacenar la carne in vivo y garantizando el suministro a lo largo del año de forma muy eficiente, “copiando” y manteniendo un potente factor director, creando perturbaciones de baja intensidad en los ecosistemas. La presencia de animales pastantes ha sido una constante en el modelado de nuestros ecosistemas y paisajes, y fenómenos como la coevolución ligan la existencia e interacción de determinadas especies o variedades vegetales y animales. La pequeña perturbación que constituye el pastoreo (consumo de partes de plantas, selección de especies, reducción de biomasa, apertura de huecos en el tapiz vegetal, transporte de fertilidad,…) a distintas escalas temporales (ej. pastoreo en determinados momentos del año) y espaciales (movimiento del ganado en busca de los pastos de mejor calidad y fenología adecuada, actuaciones a distintas escalas…) provoca niveles máximos de diversidad a todas las escalas y niveles, siempre y cuando esta actividad se realice dentro de los rangos admisibles. Hay muchos estudios disponibles hoy en día que asocian el pastoreo y las formaciones de pastos a estos máximos de los distintos índices de diversidad y, además, a la dispersión de determinadas especies, a la conectividad de las formaciones vegetales y poblaciones animales, a la conservación de especies y formaciones protegidas,… El pastoreo contribuye a mantener estos paisajes nuestros en mosaico, complejos, dinámicos, con buena “salud” funcional, bien conectados y resilientes ante los futuros cambios que puedan llegar.

¿Es el pastoralismo una herramienta para la conservación de los bosques mediterráneos?

¡Por supuesto! Aunque yo diría que es fundamental para la conservación de los montes mediterráneos, dado que, como veíamos antes, nuestros sistemas forestales son muy complejos y no son sólo masas arboladas o bosques. El pastoreo ha sido uno de los principales factores de modelado de nuestros sistemas forestales actuales (de todo nuestro medio rural!) y debe ser incluido en cualquier análisis de la situación actual desde el origen de nuestros paisajes, sobre el momento presente y las estrategias de gestión para el futuro. Y no hablo sólo de una filosofía general, que es muy importante para una estrategia general, sino que esta herramienta es imprescindible para cubrir compromisos muy concretos. Por ejemplo, como país tenemos la obligación de conservar una superficie mínima de determinados tipos de hábitats de interés comunitario, algunos de los cuales, algunos tipos de pastos herbáceos, necesitan un nivel mínimo de pastoreo para su mantenimiento. Pero además, el pastoralismo no es sólo una herramienta para la conservación de estos sistemas, paisajes y hábitats. Si empleamos la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como referencia, muchos de estos 17 ODS están relacionados con la gestión de nuestros territorios rurales, forestales y sistemas agrosilvopastorales (fin de la pobreza, hambre cero, agua limpia, producción de agua, producción responsable, acción por el clima, vida de los ecosistemas terrestres, etc…) y con herramientas como la del pastoralismo, entre otras.

¿Qué sería de los ecosistemas Mediterráneos sin la ganadería extensiva?

Bueno, creo que ya hemos comentado antes la importancia de la ganadería extensiva para la gestión de nuestros ecosistemas… tanto porque el pastoreo se encuentra en el origen de nuestros actuales paisajes y sistemas y ha sido una de las fuerzas modeladoras de la situación actual, como porque constituye una herramienta muy eficiente en la gestión actual para conseguir todos los objetivos que nos propongamos como Sociedad. Sin el pastoreo de la ganadería extensiva (dirigido, con animales domésticos) o con animales silvestres (controlado en menor medida a través de cerramientos, puntos de atracción, etc.) nuestros sistemas serían otros muy distintos… El pastoreo es una pieza clave en multitud de procesos actuales: en la producción de bienes directos, en los ciclos biogeoquímicos, en la conservación de especies y hábitats, en el mantenimiento de los niveles de biodiversidad, en el mantenimiento de los niveles de fertilidad, en la captura de carbono, en la conectividad de formaciones vegetales y poblaciones animales, en el mantenimiento de una imprescindible actividad socioeconómica en el medio rural, etc… así que es difícil imaginar un mundo mediterráneo sin animales pastantes ni pastos. Casi como una “Primavera silenciosa” (Rachel Carson, 1962), no me hago una idea del impacto de la desaparición del pastoreo en nuestros ecosistemas. Bien es verdad que hay una tendencia actual a fomentar el pastoreo de animales silvestres, que puedan retomar esta función, aunque con grandes inconvenientes: dificultades de control del pastoreo, enorme pérdida de diversidad en razas domésticas, simplificación de los aprovechamientos, enorme pérdida del patrimonio cultural, de conocimientos sobre el manejo del ganado y uso de los recursos, etc…

En los últimos años hemos visto como aumentan los daños provocados por los incendios forestales. Las devastadoras consecuencias de estos fuegos, ¿se deben en parte a la disminución del pastoreo?

Sonia Roig (dcha.) durante la jornada sobre ganadería extensiva y adaptación al cambio climático del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, celebrada en Madrid el 11 de mayo de 2017.

El problema de los incendios forestales es un problema muy complejo con muchas causas a tener en cuenta en su análisis. El fuego, ya sabemos, es un elemento natural en nuestros ecosistemas, que además ha sido una herramienta de gestión de las poblaciones humanas. Los cambios actuales en la frecuencia y severidad de los incendios forestales están influidos por muchos factores: cambios de uso del suelo, despoblación y disminución de los aprovechamientos forestales, ganaderos y agrícolas, nuevas urbanizaciones, mayor eficiencia en la extinción de pequeños incendios, cambio climático, etc… No podemos hacer un análisis completo, pero evidentemente el pastoreo de la ganadería extensiva, combinado con otras técnicas, tiene un papel clave en la gestión de la vegetación, de los combustibles en el incendio forestal. El consumo de pastos herbáceos, arbustivos y arbolados (bajo copas) por parte de los fitófagos (ganadería extensiva o fauna silvestre) hace disminuir la biomasa vegetal en los montes y la “carga” de combustible, reduciendo la severidad de los posibles incendios forestales y dificultando su propagación. Una vez más, el pastoreo se destaca como es una potente herramienta de gestión del paisaje que habrá que planificar en la lucha contra los incendios forestales, si no a gran escala, al menos, en elementos clave o sensibles (ej. el exitoso programa de la Red de Áreas Pasto-Cortafuegos de Andalucía que debería extenderse a más territorios con el apoyo de las administraciones y de la Sociedad).

¿En qué proyectos de investigación te encuentras trabajando actualmente?

Estoy participando en algunos proyectos de investigación en temas relacionados con la gestión de las masas silvopastorales que buscan, por un lado, caracterizar el funcionamiento de éstas y analizar su reacción a cambios de uso o a tratamientos selvícolas. Estos tratamientos pretenden diversificar la estructura forestal y garantizar la conservación y regeneración del ecosistema a través de la selección de indicadores de gestión sostenible. Por otro lado, hay un par de tesis en marcha que se están centrando en analizar los distintos servicios de los ecosistemas pastorales, la compatibilización de éstos y las diferencias en las preferencias y valoración de la sociedad en varias zonas geográficas (ej. en distintos países de la cuenca Mediterránea) de los mismos. Eso en lo que a mí respecta, pero me gustaría animar a todos a hacer una revisión de los principales resultados de las líneas de trabajo sobre pastos, muchas de ellas apasionantes, que se están desarrollando en nuestro país para avanzar en conseguir toda esa potencialidad del pastoralismo de la que hablábamos. ¿Cómo? Entrad en seepastos.es y revisad nuestra revista Pastos o las actas de nuestras reuniones científicas para que os hagáis una idea de la cantidad de información de calidad que se ha generado sobre el tema.

 ¿Qué les dirías a las niñas de hoy para que se animen a estudiar los sistemas silvopastorales y se conviertan en tus alumnas en un futuro próximo?

A las niñas, que tengan por seguro que son capaces de cualquier cosa, y que es muy importante que se preparen, que estudien y que se conviertan en actrices protagonistas de la gestión del mundo rural y de nuestros ecosistemas, nuestra diversidad y nuestro extensísimo y rico patrimonio. Toda nuestra civilización y cultura se asienta sobre nuestro territorio, rural, en su mayor parte, de ahí su importancia, así que nuestras niñas hoy, gestoras de sistemas silvopastorales en el medio plazo, deberán estar presentes en la toma de decisiones sobre nuestro futuro y nuestros ecosistemas. Es una labor esencial y, además, una de las profesiones más atractivas y satisfactorias que conozco (coincido contigo, ¿no?, ¡a disfrutarla!)

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Uso y conservación de pastos: oportunidades y amenazas de la ganadería extensiva

Los días 10 y 11 de diciembre se celebrará el III Curso Uso y Conservación de Pastos: Oportunidades y Amenazas de la ganadería extensiva que organiza la Sociedad Española de Pastos (SEP), junto con la Fundación Entretantos y la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ETSI) de Montes, Forestal y del Medio Natural, de la Universidad Politécnica de Madrid.

El seminario se estructura en dos jornadas. El día 10 de diciembre se desarrollará en la ETSI de Montes, Forestal y del Medio Natural (MONTES-Universidad Politécnica de Madrid) con ponencias de investigadores y profesores junto a un taller en la sesión de tarde de título “Buscando herramientas para determinar el grado de extensividad de las explotaciones ganaderas en España”. La jornada del 11 de diciembre consistirá en una sesión práctica en campo en diversos puntos de interés alrededor de vías pecuarias en la comarca de la Campana de Oropesa y Talavera.

La inscripción es obligatoria y gratuíta a través de este enlace. Se emitirá un certificado de asistencia a los participantes en todas las actividades (20 h).

Consulta el programa aquí.

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Curso en Gestión de enfermedades en la interfaz fauna-ganadería

Existe un reconocimiento cada vez mayor de la importancia que la transmisión de patógenos en la interfaz fauna-ganadería puede tener en la epidemiología de enfermedades que afectan a la agronomía, a la salud humana y a la biodiversidad. En un mundo de rápida transformación, la actividad humana ha modificado profundamente la interfaz entre poblaciones humanas y faunísticas. La gestión efectiva de los riesgos de enfermedades en la interfaz fauna-ganadería tiene que ser sostenible, basada en conocimientos sólidos de epidemiología y ecología, y debe buscar el equilibrio entre los requisitos de conservación de la biodiversidad, de protección de la salud humana y de bienestar social y económico.
Al finalizar el curso, los participantes habrán adquirido:
– Una mejor comprensión de la relevancia de la interfaz fauna-ganadería en la transmisión de enfermedades.
– Conocimientos aplicados sobre las herramientas y procedimientos epidemiológicos utilizados para entender las infecciones animales en la interfaz fauna-ganadería.
– Información básica sobre metodologías de seguimiento, vigilancia y control de infecciones.
– Conciencia sobre los aspectos socioeconómicos de la gestión de enfermedades en la interfaz fauna-ganadería.
– Experiencia práctica en la resolución de problemas y la toma de decisiones en situaciones de infecciones compartidas en la interfaz fauna-ganadería.

Organización

El curso está organizado conjuntamente por el Centro Internacional de Altos Estudios Agronómicos Mediterráneos (CIHEAM), a través del Instituto Agronómico Mediterráneo de Zaragoza (IAMZ), y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, a través de la Dirección General de Sanidad de la Producción Agraria. El curso se celebrará en el Instituto Agronómico Mediterráneo de Zaragoza, con profesorado de reconocida experiencia, procedente de universidades, centros de investigación y servicios de la administración de diversos países.
El curso tendrá una duración de una semana y se desarrollará, en horario de mañana y tarde, del 26 al 30 de noviembre de 2018.

Admisión

El curso está diseñado para 25 participantes con titulación universitaria. Está dirigido a profesionales de la prevención y control de enfermedades en ganadería o fauna, del sector público o privado, por ejemplo autoridades competentes de los servicios de sanidad animal y organismos reguladores, veterinarios, ganaderos, gestores de fauna, asesores técnicos e investigadores.
Dada la diversa nacionalidad de los conferenciantes, en la selección de candidatos se valorarán los conocimientos de inglés, francés o español, que serán los idiomas de trabajo del curso. La Organización facilitará la interpretación simultánea de las conferencias en estos tres idiomas.

Inscripción

La solicitud de admisión deberá realizarse online en la siguiente dirección: http://www.admission.iamz.ciheam.org/es/
Deberá adjuntarse el curriculum vitae y copia de los documentos acreditativos del curriculum que el solicitante considere más significativos en relación con el tema del curso.
El plazo de admisión de solicitudes finaliza el 10 de septiembre de 2018.
Los candidatos que deban obtener autorización previa para participar en el curso, podrán ser admitidos a título provisional.
Los derechos de inscripción ascienden a 500 euros. Este importe incluye exclusivamente los gastos de enseñanza.

Becas

Los candidatos de países miembros del CIHEAM (Albania, Argelia, Egipto, España, Francia, Grecia, Italia, Líbano, Malta, Marruecos, Portugal, Túnez y Turquía) podrán solicitar becas que
cubran los derechos de inscripción, así como becas que cubran los gastos de viaje y de estancia.
Los candidatos de otros países interesados en disponer de financiación deberán solicitarla directamente a otras instituciones nacionales o internacionales.

Seguros

Será obligatorio que los participantes acrediten, al inicio del curso, estar en posesión de un seguro de asistencia sanitaria válido para España. La Organización ofrece, a aquellos participantes que
lo soliciten, la posibilidad de suscribirse a una póliza colectiva, previo pago de la cantidad estipulada.

Organización pedagógica

El curso exigirá a los participantes un trabajo personal y una participación activa. Las características internacionales del curso favorecen el intercambio de experiencias y puntos de vista.

Las conferencias se complementarán con ejemplos aplicados, presentación de casos de estudio reales, trabajo práctico sobre procedimientos de muestreo, debates y una visita técnica para ilustrar
los riesgos relacionados con la fauna en ganadería intensiva y extensiva.

Además, durante el curso los participantes trabajarán en grupos sobre ejercicios prácticos para diseñar estrategias de vigilancia y control de infecciones en la interfaz fauna-ganadería en distintos escenarios. Este ejercicio les permitirá aplicar la teoría a la práctica.

Antes del comienzo del curso se proporcionará a los participantes material introductorio de lectura, y se les invitará a preparar un resumen indicando cuáles son, en su opinión, las cuestiones más importantes relacionadas con las enfermedades en la interfaz fauna-ganadería en sus países o regiones. Estos resúmenes se distribuirán a los conferenciantes y al resto de participantes.

Programa

  1. Introducción y principios básicos (2 horas)
    1.1. Relaciones huésped-patógeno-vector-entorno
    1.2. Distribución de la población de fauna y tendencias
    1.3. ¿Qué es la interfaz fauna-ganadería?
    1.4. ¿Por qué son relevantes las infecciones compartidas? Ejemplos
    de situaciones que pueden requerir gestión
    1.5. ¿Cuál es la finalidad de la gestión?
    1.6. Marco institucional y dimensión “Una Salud”
  2. Comprender la infección en la interfaz (3 horas)
    2.1. Dinámica y complejidad de las infecciones en la fauna
    2.2. Investigaciones epidemiológicas
    2.2.1. Tipos de investigaciones epidemiológicas
    2.2.2. Evidencias experimentales
    2.2.3. Análisis de factores de riesgo
    2.3. Retos de las infecciones en la fauna
    2.3.1. Recopilación de datos: ¿cuáles y cómo?
    2.3.2. Herramientas de análisis
    2.3.3. Interpretación de datos incompletos
  3. Seguimiento y vigilancia (3 horas)
    3.1. ¿Cuál es el propósito?
    3.2. Distintos enfoques para necesidades diferentes
    3.3. Seguimiento integrado de patógenos, poblaciones y ambientes
    3.4. Identificación de puntos conflictivos
    3.5. Utilización de nuevas herramientas moleculares
  4. Estrategias de gestión (8 horas)
    4.1. Aceptación, control o erradicación
    4.2. Visión general de opciones de intervención: ventajas e inconvenientes
    4.3. Prevención de la propagación de infecciones
    4.3.1. Translocación de ganadería y fauna
    4.3.2. Gestión de las interacciones entre ganadería y fauna
    4.3.2.1. Barreras a distintas escalas
    4.3.2.2. Manejo del ganado
    4.3.3. Gestión de residuos
    4.4. Gestión de poblaciones
    4.4.1. Disminución de la densidad de las poblaciones: sacrificio
    selectivo, esterilización, etc.
    4.4.2. Eliminación selectiva
    4.4.3. Gestión de hábitats
    4.5. Control de enfermedades transmitidas por vectores
    4.6. Medicación
    4.6.1. Vacunación
    4.6.2. Tratamiento
    4.7. Combinación de metodologías
    4.7.1. Zonificación y compartimentación
    4.7.2. Gestión adaptativa
    4.7.3. Control integrado de enfermedades
    4.8. Evaluación del efecto de la intervención
    4.9. Impactos ecológicos de las intervenciones
  5. Dimensión socioeconómica (2 horas)
    5.1. Análisis coste-beneficio
    5.2. Implicación de las partes interesadas
    5.3. Consideraciones éticas
    5.4. Importancia de la obtención de pruebas
    5.5. Comunicación del riesgo y toma de decisiones
  6. Modelización (1 hora)
    6.1. Dinámica de la infección
    6.2. Simulación de la gestión
    6.3. Modelos socioeconómicos
    6.4. Utilización de la modelización para informar al decisor
  7. Estudios de caso (3 horas)
    7.1. Tuberculosis
    7.2. Gripe aviar
    7.3. Peste porcina africana
    7.4. Leishmaniosis y Fiebre del Valle del Rift
  8. Trabajo práctico (11 horas)
    8.1. Demostración de recogida, manejo y almacenamiento de
    muestras
    8.2. Trabajo en grupo sobre vigilancia y gestión basado en estudios
    de caso
    8.3. Visita técnica: la interfaz en la práctica – riesgos relacionados
    con fauna en ganadería intensiva y extensiva
  9. Comentarios finales y debate (2 horas)

Conferenciantes invitados

M.C. ARNAL, Univ. Zaragoza (España)
G. CÁCERES, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Madrid (España)
D. DELAHAY, APHA (Reino Unido)
G. ENTICOTT, Cardiff Univ. (Reino Unido)
D. FERNÁNDEZ DE LUCO, Univ. Zaragoza (España)
E. FERROGLIO, Univ. Torino (Italia)
C. GORTÁZAR, IREC (Univ. Castilla-La Mancha y CSIC), Ciudad Real (España)
J.R. LÓPEZ-OLVERA, Univ. Autònoma Barcelona (España)
F. SMITH, APHA (Reino Unido)

Información completa y actualizaciones aquí.

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Entrevista a Yolanda Pueyo, directora del Instituto Pirenaico de Ecología – CSIC

Yolanda Pueyo Estaún es directora del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC), centro adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), donde además ejerce como investigadora, dedicándose sobre todo a estudiar la dinámica y el funcionamiento de los ecosistemas semi-áridos.

¿Siempre supiste que te querías dedicar a la investigación?

Siempre tuve un gran interés hacia la biología y el medio ambiente. Tras licenciarme en Biología estuve considerando varias opciones de futuro laboral, pero mi primer contacto con la investigación, como ayudante de investigación en la sede del IPE en Jaca me hizo decidirme a que aquello era lo mío y ya no me planteé otra opción.

Se estima que 8 de cada 10 altos cargos en España son ocupados por hombres. Como ya hemos comentado, tú eres directora del IPE-CSIC, y hace unos meses Rosa María Menéndez pasó a ser la primera mujer que preside el CSIC. ¿Por qué crees que es tan difícil para las mujeres acceder a los puestos directivos?

Bueno, parece que se está viendo mejoría en este sentido poco a poco. Siendo optimistas podemos pensar que algunas de las causas de la escasez de mujeres directivas hoy en día está en el pasado, ya que hay situaciones que tienen una gran inercia. Por ejemplo, en el IPE la primera mujer investigadora se incorporó en 1994, y en los siguientes años la proporción de mujeres era muy pequeña, por lo que difícilmente podría haber una mujer directora.

Además eres madre de tres hijos… ¿Es fácil conciliar la vida familiar y laboral siendo investigadora y directora de uno de los centros más prestigiosos en el campo de la ecología?

No, no es fácil ni relajado, te puedes imaginar. Necesitamos, junto con mi pareja, organizar los días y las semanas al milímetro para que la maquinaria familiar funcione. Además de organización, también es importante saber priorizar. Y el motor que hay detrás es la motivación, cuando te gusta lo que haces, no cuesta tanto esfuerzo.

Todo el trabajo que supone ser directora del Instituto Pirenaico de Ecología, lo compatibilizas con tu trabajo de investigadora. Tus líneas de trabajo podrían dividirse en dos áreas, aunque están muy relacionadas y a menudo, me imagino, no podrán darse la una sin la otra. Tu trabajo se centra, por un lado, en el estudio de los ecosistemas semiáridos, y por otro, la ecología de los sistemas pastorales… ¿Qué es un ecosistema semi-árido y en qué se diferencia de uno árido?

Las zonas áridas y semi-áridas se caracterizan ambas por la escasez de agua que sufren gran parte del año, y se diferencian por la magnitud de dicha escasez. La escasez de agua que sufren los ecosistemas es un balance entre lo que llueve y lo que se evapora y transpira, que depende de la temperatura. Con estos dos valores se obtienen los índices de aridez que definen los territorios. La vegetación desarrolla numerosas estrategias para sobrevivir en condiciones de estrés hídrico, y el funcionamiento de estos ecosistemas es muy interesante. Por otro lado, el pastoreo es el principal aprovechamiento de estas regiones. Los animales que pastan se convierten en un componente más del ecosistema en nuestros estudios.

Entiendo que este tipo de ecosistemas son muy frágiles, por lo que pequeñas variaciones en el mismo podrían conllevar su degradación. ¿Cómo se evita que se degraden estos ecosistemas? ¿Es posible su restauración si se llegan a degradar?

La vegetación de las zonas áridas y semiáridas está adaptada a las condiciones ambientales, pero la degradación en ocasiones tiene procesos en cascada que dificultan la recuperación. La presencia de vegetación protege el suelo de la degradación, si se elimina la vegetación y el suelo se degrada (erosión, compactación,…) el establecimiento de nuevas plantas puede ser muy difícil. Por eso hablamos de que presentan un elevado riesgo de desertificación. La restauración en estas zonas pasa por recuperar las condiciones edáficas necesarias para que la vegetación sea capaz de establecerse de nuevo.

¿Qué relación hay entre las zonas semi-áridas y los sistemas agropastorales?

El pastoreo extensivo es el uso tradicional que se ha dado a estas zonas tradicionalmente en todas las regiones del mundo en las que predominan. De ahí la necesidad de conocer cómo afecta a la productividad y diversidad de estos ecosistemas, y en último término, a su sostenibilidad.

¿Por qué es importante hacer un uso racional de los pastos?

Las comunidades vegetales de las zonas áridas y semiáridas se caracterizan por tener una dinámica muy lenta y por el elevado riesgo de desertificación. Mantener una adecuada productividad y diversidad en el pasto, mediante un manejo ganadero adecuado, garantiza la sostenibilidad del aprovechamiento.

¿Funcionan igual los pastos en los ecosistemas áridos y en los subalpinos?

Son ecosistemas muy diferentes. A pesar de que los animales que pastan tienen algunos efectos similares en cualquier ecosistema: eliminación de biomasa vegetal, aporte de nutrientes por las deyecciones, etc., las consecuencias para la dinámica de los pastos son diferentes según el ecosistema. En los pastos subalpinos el pastoreo es un actor clave para su conservación, ya que sin él, el pasto pronto evolucionaría hacia comunidades de matorral y bosque. En estos ecosistemas las plantas compiten por el espacio. El pastoreo mantiene bajo control a plantas que de otra manera dominarían la comunidad, aumentando la diversidad del pasto. En las zonas áridas y semiáridas la dinámica vegetal es muy lenta, y cobra mayor importancia que los pastos mantengan una adecuada cobertura vegetal que sostenga la productividad vegetal y proteja al suelo de una posible degradación.

¿De qué depende la productividad de los pastos?

En primer lugar, de que llueva lo suficiente. También se sabe que el propio pastoreo, cuando su intensidad es adecuada, tiene un efecto positivo sobre la productividad del pasto. Y el suelo de los pastos es un aspecto muy importante, ya que aspectos como su fertilidad y su capacidad de retención de agua afectan directamente a la productividad vegetal. Todos estos factores están además interrelacionados.

Durante los años que llevas investigando en estos temas, ¿qué beneficios has visto que reporta la ganadería extensiva al ecosistema?

Si hablamos en general, aunque como hemos explicado no es sencillo por la gran variedad de pastos que existen, el pastoreo tiende a aumentar la heterogeneidad espacial y a acelerar los ciclos biogeoquímicos de los nutrientes. Los efectos en la vegetación suelen encaminarse a un aumento de la diversidad y la productividad vegetal y en definitiva, el pastoreo contribuye al mantenimiento de los propios pastos.

La ganadería extensiva está disminuyendo a pasos agigantados en la Península ibérica, al mismo ritmo que aumenta la despoblación rural. Una de las consecuencias de su desaparición, es la invasión de especies leñosas en los pastos (fenómeno que se conoce como matorralización), lo cual dificulta que se pastoreen esas zonas. Hay un proyecto en el que estás trabajando actualmente en el que estáis analizando, con la colaboración de algunas ganaderías, cómo revertir este proceso. ¿Podrías explicarnos en qué consiste este proyecto, en qué fase estáis y, si los hay, qué resultados estáis obteniendo?

La matorralización es una tendencia preocupante en los pastos subalpinos y montanos que se infrautilizan. En nuestro grupo estamos experimentando diferentes formas de revertir la matorralización y recuperar los pastos (quemas vs desbroces). Los resultados apuntan a que los desbroces serían más recomendables que las quemas, por presentar efectos más positivos y perdurables en suelo y vegetación, aunque la reintroducción de ganado resulta imprescindible para que el efecto sea perdurable en el tiempo.

¿Hay futuro para las zonas semi-áridas de la Península Ibérica sin ganadería extensiva?

La ganadería extensiva, ligada como está a la subsistencia en el medio rural, es un indicador cuando desaparece de una crisis más general del medio rural. Creo que como sociedad todos perdemos si nuestras extensas zonas semiáridas dejan de sustentar a la población rural y se convierten en verdaderos “desiertos” demográficos.

¿Y para la ciencia sin las mujeres?

La ciencia sin mujeres perdería al 50% de su potencial. No creo que nos lo podamos permitir como sociedad.

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¡Feliz día internacional de las montañas!

En el año 2002, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 11 de diciembre el Día Internacional de las Montañas para resaltar la importancia de su desarrollo sostenible. La ganadería extensiva es una pieza clave en los sistemas montañosos ibéricos, ya que gracias a la interacción del ganado podemos disfrutar de los pastos de montaña y de su biodiversidad vegetal.
Sin embargo, en las últimas décadas el censo ganadero ha disminuido drásticamente. La desaparición del ganado en las zonas de montaña ha conllevado la matorralización del paisaje y la pérdida de biodiversidad.
¡Conservemos la montaña viva apoyando a la ganadería extensiva!

Música: Una huella en la nieve (La Ronda de Boltaña)

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