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La Confederación Hidrográfica del Duero insta a los promotores de la macroexplotación de vacas de leche en Noviercas a desistir de este proyecto

Las organizaciones vecinales, ecologistas y sociales aglutinadas en la Coordinadora Estatal Stop Ganadería Industrial, de la que, entre otras, forman parte la Asociación Hacendera Greenpeace que han presentado alegaciones a la solicitud de Valle de Odieta S.C.L para investigar las aguas subterráneas de Noviercas para su macroproyecto de vacuno de leche, aplauden la resolución de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) en la que se deniega esta solicitud, e instan a la empresa a que escuche el creciente clamor social en contra de esta explotación de ganadería industrial y desista de una vez por todas de este proyecto. (más…)

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¿Por dónde pasa la carne que comemos?

Artículo publicado originalmente el 27 de abril en Eldiario.es Aragón

En estos días de pandemias y encierros, en los que se habla mucho de paseos, de habría que haber hecho tal y cómo pueden estar haciendo cual, de teorías conspiranoicas y memes; me llama mucho la atención que no se esté hablando nada de la carne que comemos.

Es llamativo, sobre todo porque, al margen de teorías conspiranoicas de que nadie sabe de cómo se infectó de COVID-19 el primer humano que albergó el virus, lo que sí se sabe es que es un virus de origen animal.

Son muchas las enfermedades zoonóticas (nombre que reciben las enfermedades que han pasado de otras especies animales a la humana) que están causando estragos a nivel mundial: el SIDA, la tuberculosis, el zika, la fiebre amarilla, entre muchas otras. ¡Y, sin embargo, sabemos tan poco de la carne que comemos!

Realmente, cuando los consumidores compran la carne en el supermercado, no saben por cuántos lugares (¡incluso países!) ha pasado un lomo de cerdo desde que se concibió al animal (aún son menos los que siquiera se preguntan de dónde procedía el esperma que fecundó a aquella cerda porque, no, no fue monta natural), hasta que nos encontramos el filete en bandeja en un supermercado. De hecho, en la publicidad nos dicen que la carne de cerdo es blanca, cuando en realidad es roja, y nos lo creemos sin cuestionarlo, sin embargo, se cuestiona continuamente todo tipo de noticias que salen en los medios, empezando por cómo llegó el COVID19 del murciélago al humano.

No sabemos dónde, pero tampoco cómo se cría, ni cómo ni donde se sacrifica.

Esta crisis, sin embargo, sí que ha hecho saltar un par de noticias en la prensa (local). Por un lado, se ha hablado (aunque muy poco) de la situación por la que están pasando muchas ganaderías familiares, esas de las que sabemos dónde nace el cordero y podemos seguir fácilmente su trazabilidad hasta el matadero porque, a menudo, todo sucede en la misma granja y el sacrificio se lleva a cabo en un matadero cercano (siempre y cuando se haya conseguido mantener abierto el matadero comarca, tarea de titanes desde que llegó la crisis de 2008 y alguien consideró que los mataderos no eran tan esenciales). El problema es que las grandes superficies (donde compra la mayoría de la población) buscan grandes proveedores, así que esas familias, que todos los veranos suben sus animales a puerto manteniendo unos paisajes que han sido declarados Parques Nacionales y Parques Naturales, y que durante todo el año son quienes limpian nuestros montes y son los que verdaderamente previenen de incendios, difícilmente pueden suministrar sus productos a esas superficies, que además no están dispuestas a pagar el precio justo que esas familias merecen. Así que si ya en una situación normal lo tienen difícil, imaginaros ahora, con la hostelería cerrada y un alto porcentaje de población a la que no se le ocurre comprar cordero o cabrito para comer -¡cómo si fuera tan difícil cocinar unas costillas!-. No hablemos ya de comer buey o ternera criada en extensivo…

El caso es que el precio de la carne de ternera se marca para toda España en Binéfar. ¿Casualidad? En absoluto, Binéfar es el epicentro de la ganadería industrial en España y la gran mayoría de la ternera que acaba en nuestros platos, procede de cebaderos intensivos de la Franja o del Valle del Ebro. También concentra un gran número de explotaciones de porcino industrial (Huesca y Lleida se llevan la palma de macroexplotaciones de porcino), así que no es de extrañar que Binéfar, con sus alrededor de 9500 habitantes cuente con dos macromataderos, el segundo de ellos, LiteraMeat, abierto hace menos de un año y perteneciente al Grupo Pini, cuyo propietario el año pasado fue arrestado por la policía húngara acusado de fraude fiscal y, además tuvo que pagar 25 millones de euros en Polonia para evitar la cárcel.

Según señala LiteraMeat en su página web, este macromatadero sacrifica 160.000 animales a la semana. También anuncian que han creado 1600 puestos de empleo aunque, según ha señalado un delegado sindical de la planta a Eldiario.es Aragón, esta empresa “se ha puesto como ejemplo contra la despoblación, cuando el 80% de los contratos son eventuales de gente que se desplaza a diario”.

Resulta que Binéfar, el epicentro cárnico español, es hoy noticia por ser uno de los principales focos de COVID-19 en la provincia de Huesca, lo que ha llevado al presidente de Aragón, Javier Lambán, a declarar que “los dos mataderos de Binéfar centran la atención prioritaria del Departamento de Sanidad y se van a tomar todas las medidas a nuestro alcance para aislar a los contagios. Se procurará mantener la actividad sin ningún tipo de riesgo”. Atención al verbo, Lambán dice que se procurará, no que se pueda garantizar…

Roberto Núñez, delegado sindical en LiteraMeat, ha asegurado a Eldiario.es Aragón que “el 17 de marzo me presenté a trabajar y ya había rumores de que un compañero se había contagiado” y también ha compartido con este diario que “ya antes de la crisis no se cumplían las medidas de seguridad e higiene”…

Y, mientras tanto, hay gente produciendo carne sana, segura y que cuida el medio ambiente, que cada día se ve más cerca de tener que cerrar las puertas de su granja por no poder vender sus productos; mientras la gran mayoría de la población consume a diario carne de dudosa procedencia y que lleva toda la cuarentena sin cumplirse las medidas de seguridad e higiene que exige la situación actual en el que hoy es uno de los principales focos de contagio en Aragón del virus de origen zoonótico COVID-19. ¿Nos preguntaremos ahora de dónde viene y por dónde pasa la carne que comemos?

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Hablando de ganadería en el programa Punto de Fuga, de la Cadena SER

El pasado sábado Xuan Valladares, del Foro Asturias Sostenible, Celsa Peiteado de WWF y una servidora, estuvimos en el programa Punto de Fuga, de la Cadena SER, hablando del impacto de la ganadería. Destacamos que existen dos tipos de ganadería, la extensiva, con un efecto muy positivo en la biodiversidad, y la intensiva, con un impacto muy negativo en el medio ambiente.

En España tenemos un autoabastecimiento de porcino del 174%, es decir que producimos un 74% más de lo que podemos llegar a consumir. Sin embargo, cada vez tenemos más macroexplotaciones ganaderas, sobre todo de porcino y exportamos el excedente al lejano oriente.

Las macrogranjas son un nuevo modelo de explotación que rompe con la tradición ganadera y que tienen que ver con una forma de producción de carne intensiva e industrial en la que los miles de animales que tienen están en un espacio cerrado y los recursos que se utilizan vienen del exterior, según explica Lucía López, veterinaria y divulgadora desde el blog Mallata.

Este modelo de explotación provoca importantes impactos en el medio ambiente y en la vida de los animales. De hecho, ha sido censurado este verano por Naciones Unidas cuando recomendaba reducir el consumo de carne por la forma en la que se produce hoy. “Debemos tener en cuenta que cuando aparece una explotación porcina muchas veces es porque ha desaparecido una ganadería extensiva”, lo cual ya impacta en el medio ambiente ya que la ganadería extensiva mejora la biodiversidad aprovechando los recursos de la zona, explica López. Pero, además, López denuncia que “se produce una gran cantidad de purines, desperdicios de los animales, que se vierten en el medio ambiente sin un control exhaustivo de cómo se reparten en la tierra”, lo que provoca desequilibrios en el nitrógeno de algunas zonas de tierras o en acuíferos como los de Huesca.

En cuanto al impacto para los animales, éstos viven en un espacio cerrado y sin luz donde no puede desarrollar sus comportamientos naturales, aunque López asegura que en Europa “se ha avanzado mucho en materia de bienestar animal y hay muchos controles”. Aunque reconoce que “la ley es bastante permisiva” y sobre todo hay muy poco control en cuanto a la contaminación por el vertido de purines.

Las pequeñas explotaciones desaparecen

La asociación de agricultores y ganaderos que trabaja en red, Asturias Sostenible, denuncia “una hipertrofia en las pequeñas explotaciones en Asturias” porque, según cuenta su vicepresidente, Xuan Valladares, los modelos con menos cabezas de ganado por granja son mucho más positivos. La destrucción de las pequeñas explotaciones contribuye al fenómeno de la España vaciada. Si bien en la región no hay macrogranjas dada la complicada orografía, las explotaciones familiares tienen número de ganado muy superiores a los que había hace años, lo que “impide un tejido social suficientemente amplio en la zona”.

Xuan cuenta en experiencia de otros compañeros ganaderos que “da miedo cuando uno tiene sus 50 o 60 vacas y de repente se plantea que va a venir alguien al lado a poner 2.000 o 4.000 vacas”. Se preguntan cómo se puede gestionar todo eso, “se rompen los esquemas de la escala natural porque la agricultura y la ganadería son las actividades que más deterioran el planeta”. Pero Xuan insiste en que se deben manejar bien, de tal forma que contribuyan a mejorar los ecosistemas.

El vicepresidente de Asturias Sostenible denuncia que el modelo de las macrogranjas “hunde al pequeño granjero” haciendo imposible la competencia y, aunque eso no se valore en los números, hace que se pierda el tejido social, la cultura de los pueblos, sus tradiciones agropecuarias y “un tipo de vida que es irrecuperable”. La alternativa para esos pequeños agricultores y ganaderos es unirse para ganar fuerza, asegura.

Las políticas públicas no protegen la ganadería extensiva

La forma de producción tradicional de los rebaños pastando en el campo “protege superficies como los pastos o las dehesas que contribuyen a captar gases de efecto invernadero. Así lo explica Celsa Peiteado, de WWF. Además, esta ganadería “no compite con superficies dedicadas a la alimentación, aprovechan restos de rastrojos, de poda” y protegen las dehesas fertilizando el suelo.

La ganadería extensiva en su máxima expresión la representa la trashumancia, en la que los rebaños se trasladan a las zonas más cálidas y con recursos manteniendo las vías pecuarias naturales que conectan el territorio.

En el lado opuesto se encuentran las producciones intensivas de carne y leche de las macroexplotaciones ganaderas que están dejando fuera del mercado a los ganaderos extensivos y no respetan a los animales ni al medio ambiente. Peiteado alerta de que “la producción de carne low cost nos está haciendo perder estos rebaños y la única fuente de empleo que hay en muchas zonas de montaña”. En la llamada España vaciada se están creando macrogranjas “con la excusa de crear empleo y fijar población cuando en realidad no es así”, asegura.

Peiteado explica que las políticas públicas no están favoreciendo la ganadería extensiva. Al contrario, se está debatiendo la Política Agraria Común (PAC), que en España supone más de 6.000 millones de euros al año, “y en realidad esta política está orientada a favorecer producciones intensivas”, por ejemplo, de alfalfa y maíz, para alimentar la ganadería intensiva de las macrogranjas. Mientras que la ganadería extensiva se pierde, y con ella los valores naturales, gastronómicos y culturales.

El programa se puede escuchar aquí.

(Fuente: Las ‘macrogranjas’ destruyen la biodiversidad y el tejido social.)

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Charla-debate Ganadería intensiva: ¿pan para hoy… hambre para mañana?

El viernes 5 de abril a las 20 horas se celebrará en Ejea de los Caballeros (Zaragoza) la charla-debate ‘Ganadería intensiva: ¿pan para hoy… hambre para mañana?’, que organizan el Frente Cívico Cinco Villas y Apoyo Mutuo.

En el evento participarán Rosa Díez Tagarro, de la Plataforma Loporzano SIN Ganadería Intensiva y coportavoz de la Coordinadora Estatal Stop Ganadería Industrial; Salvador Gallego, trabajador de la industria cárnica; y Lucía López Marco, veterinaria y autora del blog Mallata.com.

La entrada es libre hasta completar aforo.

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Mesa redonda Sabiñanigo porcino

Mesa redonda-coloquio en Sabiñánigo “ganadería intensiva de porcino a examen”

El próximo viernes 22 de febrero a las 19 horas tendrá lugar en la Casa de Cultura “Antonio Durán Gudiol” de Sabiñánigo (Alto Gállego, Huesca) la mesa redonda-coloquio “ganadería intensiva de porcino a examen”, organizada por Ecologistas en Acción Sabiñánigo con la colaboración del ayuntamiento de la localidad, y en la que intervendrán Fernando Suárez (ingeniero agrónomo), Rosa Díez (portavoz de la Plataforma Loporzano SIN Ganadería Intensiva) y Lucía López Marco (veterinaria y autora del blog Mallata.com).

La entrada es gratuita hasta completar aforo.

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La ganadería industrial a debate en las jornadas “Veinte años en acción”

Del 27 de septiembre al 6 de octubre se celebran en Huesca las jornadas “Veinte años en acción” que organiza Ecologistas en Acción para celebrar el nacimiento de la organización.

Todas las actividades, excepto la jornada del sábado, se desarrollarán en la sede de Bantierra en la capital oscense. Durante las dos semanas de celebración se podrá visitar la exposición “40 años de cartel ecologista”.

El lunes 1 de octubre a las 19h. tendrá lugar el coloquio “Fracasos hidráulicos. Ríos amenazados”, en el que participarán Miguel Solana, de la Asociación Río Aragón; Lola Giménez, de la Coordinadora Biscarrués – Mallos de Riglos y César González de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Zaragoza. El miércoles la ganadería industrial será la protagonista con la mesa redonda “La invasión de los cerdos: ganadería que no se ve” en la que intervendrán Rosa Díez, de la Plataforma Loporzano Sin Ganadería Intensiva; Lucía López Marco, autora del blog Mallata.com; y Fernando Suárez, consultor de energía y medio ambiente.

Los actos de celebración finalizarán el sábado 6 con una jornada de celebración de los 20 años de Ecologistas en Acción en el CDAN, en la que se llevará a cabo un paseo guiado por el río Isuela, un mercado de proximidad, el taller infantil “Hotel de insectos”, un vermut-concierto con Paola-Lai y Silvia Sola & The Drunken Birds. A continuación tendrá lugar una comida de alforja y posteriormente continuarán las actividades con una reflexión teatralizada a cargo de Colectivo T.O., la tertulia “¿Cuál es el futuro del ecologismo?” y el concierto de Muddy Flumen.

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A la industria porcina le llega su San Martín

Amigos de la Tierra, Plataforma Loporzano SIN Ganadería Intensiva, Plataforma Ciudadana Salvemos el Arabí y Comarca, Plataforma Cívica de Gamonal, Stop Macrogranjas Pueblos Vivos de Cuenca y VSF – Justicia Alimentaria Global celebran los éxitos de los movimientos vecinales en la lucha contra la expansión de la industria porcina. Esta misma semana se ha paralizado la construcción de una explotación porcina en Villafáfila, Zamora, un éxito para la sociedad civil que, a lo largo de los últimos meses, también ha logrado frenar dos explotaciones en Gamonal, Toledo, y otras dos en Yecla, Murcia.

En el Estado Español hay aproximadamente 30 millones de cerdos, aunque su producción se concentra en Aragón y Cataluña, la industria del porcino busca su expansión en otros territorios. Sin embargo se está encontrando con la fuerte oposición de los vecinos afectados. La ciudadanía organizada rechaza una industria que deja fuertes impactos, contaminación de agua y suelo, malos olores, y resulta incompatible con otros modelos de desarrollo respetuosos con el medio ambiente y la salud.

Esta semana en Villafáfila (Zamora), el grupo Batallé, una de las principales empresas cárnicas del país retiró su proyecto para construir un cebadero de 2.000 cerdos debido a la inmediata movilización vecinal para impedirlo. El proyecto ponía en peligro la  Reserva Natural Lagunas de Villafáfila.

Otro de los éxitos de este movimiento a favor de la ganadería extensiva, respetuosa con el medio ambiente y la ciudadanía, lo ha cosechado la Plataforma Ciudadana Salvemos el Arabí y Comarca. Ésta impidió, tras masivas movilizaciones, la construcción de dos macro-explotaciones porcinas de selección genética con capacidad para 26.000 cerdos en el Monte Arabí de Yecla (Murcia), declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El rechazo unánime consiguió que la empresa CEFUSA, parte del grupo Fuertes, propietario de El Pozo, retirara el proyecto.

A su vez, en Gamonal (Toledo), la Plataforma Cívica de Gamonal, se organizó el pasado verano para mostrar el rechazo de la población ante la construcción en su territorio de una serie de naves que acogerían hasta 7.200 cerdos.

En Berdún (Huesca) la Plataforma vecinal Stop Cerdos Canal de Berdún también ha conseguido paralizar la instalación de granjas en el municipio.

Estas victorias representan un gran empuje para los movimientos sociales que hacen campaña día a día para frenar la ganadería industrial. La Plataforma Loporzano SIN Ganadería Intensiva sigue luchando para evitar la expansión de la industria porcina en su municipio. Rosa Diez Tagarro, Secretaria de la plataforma, lamenta que, a diferencia de otros ayuntamientos, el de Loporzano siga sin escuchar un clamor vecinal que dura ya casi dos años y que goza de gran reconocimiento y apoyo social en Aragón y en el resto de España, así como en el extranjero. “La alarma social es evidente. Recibimos continuamente peticiones de auxilio de pueblos aragoneses y del resto de España. Nos anima enormemente la creciente movilización social y continuaremos con la difusión de los costes ocultos de la ganadería industrial y con la defensa de nuestro territorio por todas las vías emprendidas”

Blanca Ruibal, responsable de Agricultura y Alimentación de Amigos de la Tierra afirmó que “la ganadería industrial está entre los principales responsables del cambio climático. Es intolerable que nuestros pueblos se conviertan en el estercolero de Europa y que se siga alentando una burbuja que genera grandes beneficios para un puñado de empresas, a costa del medio ambiente, nuestra salud y el medio de vida de las personas productoras”.

Este sábado 11 de noviembre, los grupos locales de Amigos de la Tierra y plataformas vecinales de todo el estado que resisten el avance de la ganadería industrial celebrarán acciones lúdicas e informativas acerca de los impactos de esta industria y la necesidad de poner en valor la ganadería extensiva y otros modelos de desarrollo en nuestro medio rural.

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Resistiendo a la ganadería industrial

Loporzano (Huesca) es un municipio situado a las puertas del espectacular Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, a unos 15 km de la ciudad de Huesca, en el que desde hace casi dos años buena parte de sus vecinos están movilizándose para impedir la instalación de dos explotaciones de porcino en la localidad, que alterarían el ecosistema de este singular paraje. Por este motivo, este sábado 30 de septiembre tendrá lugar en Loporzano el I Encuentro estatal de ganadería y medio ambiente “Resistiendo a la ganadería industrial”. El encuentro está organizado por la Plataforma Loporzano Sin Ganadería Intensiva, Amigos de la Tierra y Food & Water Europe con la colaboración de Loporzano vivo, WWF y Compassion in world farming.

La jornada comenzará a las 10 de la mañana con una charla titulada “Defensa del territorio en Loporzano” por parte de Alain Escartín, Presidente de Loporzano Vivo, y Rosa Diez Tagarro, Secretaria de la Plataforma Loporzano SIN Ganadería Intensiva; posteriormente tendrá lugar la sesión “Repercusiones de la ganadería para el medio ambiente”, que moderará Blanca Ruibal de Amigos de la Tierra, y en la que participarán Lucía López Marco (veterinaria y autora de este blog), Philip Lymbery (autor de “La carne que comemos” y Director Ejecutivo de Compassion in World Farming) y David Sánchez Carpio (Director de Food and Water Europe). Por la tarde se celebrarán dos mesas redondas: de intercambio de experiencias y de coordinación. La asistencia a la sesión de mañana es libre y va dirigida al público general, mientras que para la de por la tarde es necesario inscribirse previamente y está orientada exclusivamente a la participación de movimientos vecinales y organizaciones que se oponen y luchan contra la ganadería industrial.

Para consultar el programa completo pincha aquí.

Más información sobre la movilización en Loporzano contra la ganadería intensiva aquí.

 

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Por qué ye insostenible a cría industrial de bestiar?

[cml_meya_alt id='1376']Marcha contra a ganadería intensiva en Loporzano.[/cml_meya_alt]

Marcha contra a cría industrial de bestiar en Loporzano.

En abril de 2016 a Plataforma Loporzano Sin Ganadería Intensiva organizó una marcha ta protestar contra a instalación de dos explotacions de porcino en iste municipio oscense. L’actividat, que pretendeba dar a conoixer l’entorno ta concienciar d’a suya alta valor ecolochica, arrocló a mas de trecientas personas y salió en quantos medios de comunicación. O problema d’as torres industrials no ye exclusivo de Loporzano, y en atras zonas d’a provincia de Uesca, como a Canal de Berdún, s’ha aconseguiu, gracias a o ficacio d’a plataforma Stop  Cerdos Canal de Berdún,  que os concellos metan fin, a o menos temporalment, a la proliferación d’explotacions industrials. Manimenos, gran parte d’a chent que vive en as ciudatz, luen d’os problemas d’o campo, no entiende a oposición a iste tipo de producción.

Primero de tot: Qué ye a cría de bestiar industrial?

[cml_meya_alt id='1379']g[/cml_meya_alt]A cría de bestiar industrial ye una forma de producción ganadera muit tecnificada que se mira de producir o maximo en o menor tiempo posible. A ganadería industrial ye una forma de producción intensiva, que se caracteriza por no estar ligada a la tierra, ye dicir, os animals no son pastando sino que se troban en naus baixo unas condicions constants de temperatura, luz y humidat creyadas de traza artificial, cosa por a qual importa igual en qué parte d’o mundo se troben. Amás, se fan servir animals de razas muit seleccionadas, conoixidas como “razas industrials“, isto ye, son animals que s’han seleccionau ta tener elevaus rendimientos en muit poco tiempo, por o qual son propensos a padeixer quantas malotías. A diferencia d’a cría extensiva de bestiar, en a intensiva os animals no interactuan con o medio en o qual se troban, sino que son maquinas dentro d’una industria.

Iste tipo de producción s’expande a escape dau que obtiene elevaus rendimientos en poco tiempo, no le afectan as adversidatz climaticas, y en depender de piensos, no le afectan tant dreitament as malas culles u a falta de pasto como a atros tipos de producción. D’atra man, a cría intensiva chenera productos homocheneos mientras tot l’anyo, cosa que fa mas facil a suya comercialización.

Alavez, qué tien de malo a ganadería industrial?

[cml_meya_alt id='1374']Vecinos de Loporzano protestando contra a ganadería intensiva.[/cml_meya_alt]

Vecins de Loporzano protestando contra a ganadería industrial.

O prencipal motivo por o qual os vecins d’istes municipios s’oposan a la implantación de torres de porcino en o suyo entorno, ye por a contaminación que cheneran. As deyeccions d’istes animals pueden emplegar-se como fertilizants, manimenos, en estar un tipo de cría no ligau a la tierra, no se disposa d’a superficie necesaria ta espardir tantos purines como se cheneran y un exceso d’istes provoca contaminación d’o sulero y d’os aqüifers por abundancia de nitratos (procedents d’as feces d’os focins). Seguntes l’Achencia Catalana de l’Augua (ACA) o 15% d’os municipios catalans tien problemas de suministro d’augua por contener mas de 50 miligramos de nitrato por litro d’augua, limite que a Organización Mundial d’a Salut (OMS) recomienda no superar t’o consumo humano. Ta guarenciar l’abastecimiento d’augua potable a la ciudadanía, o gubierno catalán invierte mas de 6 millons d’euros anuals, asinas que a la fin, a carne de latón, no sale tant barata.

[cml_meya_alt id='1375']Explotación intensiva de cerdos d'engorde.[/cml_meya_alt]

Explotación intensiva de latons d’engorde.

Amás, iste tipo de producción, por as suyas caracteristicas de cría, an se troban muitos animals en poco espacio, y, por tanto, en condicions d’hichiene y de buenpasar deficients, existe una rapida difusión de malotías, motivo por o qual se suministran sistematicament antibioticos y atros farmacos a os animals, antes que no enfermen, como medida de prevención. Tot y que en Europa existe un tiempo minimo d’aspera que ha de pasar dende que l’animal ye tractau dica que va t’o matadero, siempre existe posibilidat que queden residuos y se desemboliquen resistencias. De feito, seguntes datos d’o Centro pa o Control y a Prevención d’as Malotías Infecciosas en EEUU, se calcula que en ixe país unas 23.000 personas mueren a l’anyo y uns dos millons enferman por virus y bacterias que han desembolicau resistencia a os antibioticos, a causa d’un uso excesivo d’os mesmos.

D’atra man, estudeos levaus a cabo en EE. UU. concluyen que iste tipo de torres destruyen o triple de emplegos d’os que se’n cheneran, ya que en estar explotacions muit automatizadas requieren muit poca man d’obra, y os treballos que creya son de pior calidat, precarios y mal remuneraus.

[cml_meya_alt id='1377']Culle de soya.[/cml_meya_alt]

Culle de soya.

Como s’ha comentau, en estar un tipo de cría de bestiar no ligada a la tierra, a suya alimentación ye a base de piensos. Istes piensos se componen prencipalment de tortas de simients oleachinosas (75,6%), constituyidas fundamentalment por soya procedent d’America Latina, an se deforesta a chungla y se desplaza a las comunidatz nativas pa cautivar ista leguminosa. Seguntes l’informe Alimentos Kilometricos realizau por Amigos d’a Tierra, “s’estima que dau o consumo europeu de productos carnicos y a dependencia d’a soya d’o sistema de producción animal, Europa ameneste cada anyo quasi 11 millons d’hectarias cautivadas de soya, un aria equivalent a toda a superficie cultivable d’Alemanya.” Iste informe tamién sinyala que en 2007 s’importoron en Espanya 14,65 megatoneladas de piensos p’a ganadería, un 55% mas que en 1995, que recorrioron 7.901 kilómetros de meya, emitindo 827.651 toneladas de CO2 a l’atmosfera.

A ganadería industrial ye acabando con a cría de bestiar tradicional, muit ligada a la tierra y que contribuye a fixar población en o meyo rural y a mantener o paisache que nos rodea. Seguntes l’Asociación Transuancia y Naturaleza, “cada ovella transuant treslada diariament unas 5.000 simients y abona o terreno con mas de 3 kg de fiemo, y cada vaca aporta 50.000 simients y uns 30 kg de fiemo, a lo largo de bels 20 Km. diarios de recorriu. Por tanto, cada rabanyo d’1.000 ovellas u de 100 vacas transuants dispersa mas de 150 millons de simients y unas 100 toneladas d’abono, a lo largo de mas de 500 kilometros de vals, ríos, laderas, montanyas y mesetas, entre os suyos desplazamientos d’aproximadament un mes caminando por as canyadas.” Por desgracia, iste modelo de cría de bestiar ye en periglo d’extinción, mientras que as explotacions idustrials proliferan.

Y qué puedo fer yo?

Como diz André Pochon, agricultor chubilau, en o documental Ama-me enCARNEcidament, “o consumidor ye l’achent que aboca a maquina ent’a sensatez u ent’a locura. Si o consumidor sigue tolerando qualsiquier coseta, a maquinaria no s’aturará. Pero si refusa iste tipo de producción, os fabricants se veyerán obligaus a adaptar-se a la demanda.” Cambiando os nuestros costumbres de consumo y estando conscients de l’orichen d’os alimentos que minchamos, podemos abocar a maquina ent’a sensatez y a sostenibilidat.

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¿Por qué es insostenible la ganadería industrial?

[cml_media_alt id='1376']Marcha contra la ganadería intensiva en Loporzano.[/cml_media_alt]

Marcha contra la ganadería industrial en Loporzano.

En abril de 2016, la Plataforma Loporzano Sin Ganadería Intensiva organizó una marcha para protestar contra la instalación de dos explotaciones de porcino en este municipio oscense. La actividad, que pretendía dar a conocer el entorno para concienciar de su alto valor ecológico, reunió a más de trescientas personas y salió en varios medios de comunicación. El problema de las macrogranjas, no es exclusivo de Loporzano, y en otras zonas de la provincia de Huesca, como la Canal de Berdún, se ha conseguido, gracias al empeño de la plataforma Stop  Cerdos Canal de Berdún, que los ayuntamientos pongan fin, al menos temporalmente, a la proliferación de este tipo de explotaciones. Sin embargo, gran parte de la gente que vive en las ciudades, lejos de los problemas del campo, no entiende la oposición a este tipo de producción.

Primero de todo: ¿Qué es la ganadería industrial?

[cml_media_alt id='1379']g[/cml_media_alt]La ganadería industrial es un tipo de ganadería intensiva, es una forma de producción ganadera muy tecnificada que busca producir al máximo en el menor tiempo posible. La ganadería intensiva se caracteriza por no estar ligada a la tierra, es decir, los animales no están pastando sino que se encuentran en naves bajo unas condiciones constantes de temperatura, luz y humedad creadas de manera artificial, por lo que no importa en qué parte del mundo se encuentren. Además, se utilizan animales de razas muy seleccionadas, conocidas como “razas industriales“, esto es, son animales que se han seleccionado para tener elevados rendimientos en muy poco tiempo, por lo que son propensos a padecer multitud de enfermedades. A diferencia de la ganadería extensiva, en la industrial los animales no interactúan con el medio en el que se encuentran, sino que son máquinas dentro de una industria.

Este tipo de producción se expande rápidamente dado que obtiene elevados rendimientos en poco tiempo, no le afectan las adversidades climáticas, y al depender de piensos, no le afectan tan directamente las malas cosechas o la falta de pasto como a otros tipos de producción. Por otro lado, la ganadería intensiva genera productos homogéneos durante todo el año, por lo que es más fácil comercializarlos.

Entonces, ¿qué tiene de malo la ganadería industrial?

[cml_media_alt id='1374']Vecinos de Loporzano protestando contra la ganadería intensiva.[/cml_media_alt]

Vecinos de Loporzano protestando contra la ganadería industrial.

El principal motivo por el que los vecinos de estos municipios se oponen a la implantación de granjas de porcino en su entorno, es por la contaminación que generan. Las deyecciones de estos animales pueden emplearse como fertilizantes, sin embargo, al ser un tipo de ganadería no ligado a la tierra, no se dispone de la superficie necesaria para esparcir tantos purines como se generan y un exceso de estos provoca contaminación del suelo y de los acuíferos por abundancia de nitratos (procedentes de las heces de los cerdos). Según la Agencia Catalana del Agua (ACA) el 15% de los municipios catalanes tiene problemas de suministro de agua por contener más de 50 miligramos de nitrato por litro de agua, límite que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no superar para el consumo humano. Para garantizar el abastecimiento de agua potable a la ciudadanía, el gobierno catalán invierte más de 6 millones de euros anuales, por lo que al final, la carne de cerdo, no sale tan barata.

[cml_media_alt id='1375']Explotación intensiva de cerdos de engorde.[/cml_media_alt]

Explotación intensiva de cerdos de engorde.

Además, este tipo de producción, por sus características de cría, donde se encuentran muchos animales en poco espacio, y, por tanto, en condiciones de higiene y de bienestar deficientes, existe una rápida difusión de enfermedades, motivo por el que se suministran sistemáticamente antibióticos y otro tipo de fármacos a los animales, antes de que enfermen, como medida de prevención. A pesar de que en Europa existe un tiempo mínimo de espera que tiene que pasar desde que el animal es tratado hasta que va a matadero, siempre existe posibilidad de que queden residuos y se desarrollen resistencias. De hecho, según datos del Centro para el Control y la Prevención de las Enfermedades Infecciosas en EEUU, se calcula que en ese país unas 23.000 personas mueren al año y unos dos millones enferman por virus y bacterias que han desarrollado resistencia a los antibióticos, debido a un uso excesivo de los mismos.

Por otro lado, estudios llevados a cabo en EE. UU. concluyen que este tipo de granjas destruyen el triple de empleos de los que generan, ya que al ser explotaciones muy automatizadas requieren muy poca mano de obra, y los trabajos que crea son de peor calidad, precarios y mal remunerados.

[cml_media_alt id='1377']Cosecha de soja.[/cml_media_alt]

Cosecha de soja.

Como se ha comentado, al ser un tipo de ganadería no ligada a la tierra, su alimentación es en base a piensos. Estos piensos se componen principalmente de tortas de semillas oleaginosas (75,6%), constituídas fundamentalmente por soja procedente de América Latina, donde se deforesta la selva y se desplaza a las comunidades nativas para el cultivo de esta leguminosa. Según el informe Alimentos Kilométricos realizado por Amigos de la Tierra, “se estima que dado el consumo europeo de productos cárnicos y la dependencia de la soja del sistema de producción animal, Europa necesita cada año casi 11 millones de hectáreas cultivadas de soja, un área equivalente a toda la superficie cultivable de Alemania.” Este informe también señala que en 2007 se importaron en España 14,65 megatoneladas de piensos para ganadería, un 55% más que en 1995, que recorrieron 7.901 kilómetros de media, emitiendo 827.651 toneladas de CO2 a la atmósfera.

La ganadería industrial está acabando con la ganadería tradicional, muy ligada a la tierra y que contribuye a fijar población en el medio rural y a mantener el paisaje que nos rodea. Según la Asociación Trashumancia y Naturaleza, “cada oveja trashumante traslada diariamente unas 5.000 semillas y abona el terreno con más de 3 kg de estiércol, y cada vaca aporta 50.000 semillas y unos 30 kg de estiércol, a lo largo de unos 20 Km. diarios de recorrido. Por tanto, cada rebaño de 1.000 ovejas o de 100 vacas trashumantes dispersa más de 150 millones de semillas y unas 100 toneladas de abono, a lo largo de más de 500 kilómetros de valles, ríos, laderas, montañas y mesetas, durante sus desplazamientos de aproximadamente un mes caminando por las cañadas.” Por desgracia, este modelo de ganadería está en peligro de extinción, mientras las explotaciones industriales proliferan.

¿Y qué puedo hacer yo?

Como dice André Pochon, agricultor jubilado, en el documental Ámame enCARNEcidamente, “el consumidor es el agente que inclina la máquina hacia la sensatez o hacia la locura. Si el consumidor sigue tolerando cualquier cosa, la maquinaria no se detendrá. Pero si rechaza este tipo de producción, los fabricantes se verán obligados a adaptarse a la demanda”. Cambiando nuestros hábitos de consumo y siendo conscientes del origen de los alimentos que comemos, podemos inclinar la máquina hacia la sensatez y la sostenibilidad.

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