Carta de los ganaderos de ovino y caprino de la Sierra Norte de Madrid
Att. Ilmo. Sr. Jaime González Taboada
Consejero Medio Ambiente, Administración Local
y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid
C/ Gran Vía, 3, 6ªplanta
28013 Madrid
En Buitrago del Lozoya, a 1 de agosto de 2016.
Estimado Consejero Señor Taboada,
Los abajo firmantes, ganaderos todos de ovino y caprino en zona con presencia constatada de lobos, así como ganaderos afines y organizaciones sensibles a esta problemática, le escribimos la presente carta desde la posición de indefensión que la política ambiental en España y más concretamente en la Comunidad de Madrid nos deja ante la presencia de este depredador.
Como especie protegida que es, entendemos que no puede haber un control cinegético de la especie, pero también esperamos dicha comprensión desde la Administración que usted encabeza.
La vuelta a este territorio del lobo nos ha hecho tener que cambiar de hábitos y manejos a ritmos acelerados y con costes familiares (más tiempo de dedicación al ganado implica menos tiempo con nuestras familias), económicos (adquisición, manutención y seguros de perros de trabajo, así como de otros materiales ganaderos adaptados) y emocionales (nos obliga a vivir con miedo de qué nos encontraremos mañana o a la vuelta de la parada para comer), que entendemos sólo nosotros podemos conocer y sentir. Sin embargo, siendo esta nuestra realidad y ya que este depredador con el que convivimos a diario es patrimonio de todos los ciudadanos, entendemos que al menos hay ciertos matices administrativos que deben ayudar a paliar esta situación en la medida de lo posible.
Pasamos ahora a reclamar lo que usted tanto ha publicado en los medios de comunicación, así como alguna sugerencia que entendemos es necesaria si queremos que la presencia del lobo sea compatible con la vida ligada al campo, su aprovechamiento y cuidado en nuestros pueblos.
Empezamos reclamando una legislación comprometida a la hora de la gestión del territorio, donde los que vivimos de él no seamos invisibles y en la que turismo y caza, actividades lúdicas todas ellas y que deterioran el medio ambiente con la presente legislación no tengan más derecho que los que manejamos el territorio con nuestro día a día de desbroce, mantenimiento de caminos, retirada de árboles caídos, trasmochos, mantenimiento de pastos de diente y siega y un largo etc. Reclamamos, junto con todos los compañeros ganaderos de vacuno y equino, ser los que tengamos un uso prioritario en la custodia de nuestros territorios.
Reclamamos que ya que ahora tenemos que estar con nuestros animales en el monte, se facilite la instalación o rehabilitación de refugios no sólo para los animales, sino para los ganaderos que les acompañamos y a ser posible con unos mínimos de dignidad.
Exigimos una legislación específica para nuestros perros de trabajo, que nos proteja ante incidentes con turistas con los que compartimos el territorio. Entendemos que esta legislación debe cubrir que vayan sueltos, con carlancas y sin bozales por todos nuestros municipios salvando el casco urbano. A este respecto, entendemos que los costes de manutención, seguros y carlancas, deben de ser apoyados por su administración ya que para poder proteger a nuestros animales hace falta una gran inversión en estos perros y dado que el sector mantiene precios desde hace cincuenta años la incorporación en nuestro día a día de estos aliados, dispara los costes de producción en las zonas con presencia de lobo, dejando a nuestras familias en posiciones de desigualdad ante otras explotaciones y entendemos que nuestra labor de manejo del monte compensa ampliamente a los costes que le puede suponer a su administración si nos vemos abocados a abandonar nuestro trabajo (cuadrillas de retenes, bomberos, incendios y reforestaciones).
Reclamamos que ya que el lobo, así como otros animales de la fauna silvestre tienen también hábitos carroñeros, al igual que permiten a los cazadores con animales sin el control sanitario que nos exigen a nosotros, podamos dejar los cadáveres de aquellos animales que se nos mueran en el campo, ayudando a paliar de esta forma la necesidad de atacar a los animales vivos. Y si a nosotros no nos lo permiten, exigimos que se obligue a la retirada de nuestros montes de los cadáveres producidos por su gestión cinegética, ya que entendemos que ahí hay mayor riesgo sanitario que en nuestra reclamación. En este sentido les solicitamos que haya un control en las cabezas de cabras montesas, que sin contar con nuestra opinión, han introducido en nuestros montes obligándonos no sólo a competir por los pastos de verano, sino poniendo en riesgo la sanidad de nuestros animales. Añadimos en este sentid la fragilidad de los pastos alpinos de estas sierras y que por tanto entre todos debemos cuidar de su no sobreexplotación.
Exigimos que se legisle no sólo sobre los daños producidos por los ataques del lobo, sino que se valore económicamente heridas, abortos y estrés que reduce la productividad de nuestras explotaciones. Entendemos que el legislar únicamente sobre los animales muertos no cubre las exigencias económicas que para nosotros supone el convivir con este depredador. Además la percepción de los daños, debe ser con mayor agilidad.
Por último y dado que ahora gracias a la gestión de nuestros territorios ha supuesto una mayor carga ganadera en estos montes, le solicitamos que al igual que en los años cincuenta se expropio la propiedad de los montes ahora, a los que vivimos de ellos y los necesitamos, nos libere de los pagos de pastos propiedad de la Comunidad de Madrid. Entendemos que si no se ha contado con nosotros para intensificar esta carga ganadera, al menos se intente solucionar el problema que nos han generado estas políticas.
Atentamente le saludamos y exigimos cumpla con sus compromisos y así lo haremos saber al resto de la sociedad con la publicación de esta carta allá donde se nos quiera oír.