Este año comenzó para mí conociendo a tres personas muy especiales que se han convertido en amigos, además de en referentes.
A finales del año pasado recibí un mensaje privado por instagram de Susan. Me dijo que estaba realizando un documental sobre la familia Garcés de San Vicente de Labuerda y que les hacía mucha ilusión que saliera hablando de soberanía alimentaria y ganadería extensiva. Creo que me sentí tan sorprendida como halagada: ¿yo en un documental?
A los pocos días me llamó David para explicarme un poco más sobre el documental y contarme que también querían que saliesen otros dos amigos y grandes referentes: Juan Laborda, incansable defensor de la agroecología y aficionado a meterse en todos los saraos que defienden la soberanía alimentaria y un medio rural vivo, además de compañero de luchas y proyectos; y Emilio Sierra, maestro quesero sin tierra, gran defensor del pastoreo y la ganadería extensiva con quien también he coincidido en diversos espacios y plataformas y que además tengo la suerte de vivir en la misma comarca que él.
Los hermanos Garcés son dos enamorados de su pueblo y de la tierra. Hace 25 años sus padres decidieron combinar la actividad ganadera con la apertura de un restaurante en un pequeño pueblo del Sobrarbe. Cuando Toné y David crecieron e hicieron el relevo se dieron cuenta que era absurdo tener 2000 ovejas solo porque la Administración te empuja a ello, ya que no es sostenible, y decidieron reducir la cabaña ganadera, quedándose con 350 animales y ofreciendo en su restaurante únicamente carne de sus corderos y de ganadería vacuna de la zona, y cultivando el huerto para intentar cerrar el círculo en el restaurante, y que fuera realmente sostenible y Km0. El trayecto no ha sido fácil, porque las políticas que imperan apuestan por granjas grandes, con más animales de los que una familia puede mantener y que suponen tener que vender el producto fuera, en vez de apostar por dar un valor añadido al producto y por la agroecología.
Y Susan es una enamorada de la vida que capta la luz de las personas de una manera muy especial a través de su cámara. Un año antes había llegado desde Murcia al Pirineo y empezó a trabajar en el Restaurante-Merendero Garcés. Enseguida se dio cuenta que lo que hacía esa familia era muy especial y que el mundo merecía saberlo: comenzó sacar su cámara y fue inmortalizando escenas y conversaciones que acabaron transformándose en el documental “Rebeldía rural, la luz llega al pueblo”.
Fue una mañana de enero cuando, por fin, Susan, David y Toné vinieron a mi casa con los brazos llenos de queso, embutido, miel, aceite y vino de esta tierra. Y, sobre todo, con esa energía y ese cariño que irradian y que hace que los quieras desde el primer momento que los ves (ya os adelanto que os vais a enamorar de esta familia en el minuto 1 del documental).
Aquel día nos conocimos y conectamos desde el primer segundo, siendo el comienzo de varias aventuras que tenemos en marcha (y que ya os iremos compartiendo conforme vayan avanzando) y de una preciosa amistad.
Sobre el documental, no es porque adore a estas tres personas, a Juan y a Emilio y yo salga en él, es que realmente es una maravilla. En los últimos meses se ha proyectado en diferentes municipios de Aragón (Boltaña, Jaca, Zaragoza, Ejea de los Caballeros…), tanto en centros cívicos como en institutos, sin dejar indiferente a nadie. También está disponible en Youtube, teniendo muy buena acogida.
Sinceramente creo que las palabras de Toné y David debería escucharlas todo el mundo: la gente de las ciudades para conocer mejor el medio rural; la de los pueblos para ver que hay más gente, en otros lugares, que también ama su tierra y lanzan adelante proyectos que son los que verdaderamente fijan población; la gente joven para ver que se puede vivir en el medio rural y de la agricultura; la sociedad en general para ver que otra forma de consumir y producir es posible; y l@s polític@s y funcionari@s de la Administración para conocer la realidad del medio rural y cuánto daño hacen determinadas medidas.
Este es un documental que demuestra que la soberanía alimentaria es posible.
Podéis ver y compartir el vídeo en este enlace.
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Pues que es verdad que es chulísimo el documental. Gracias a Susan Labich de mi parte.
María de la P.